martes, 27 de septiembre de 2011

26 de Septiembre

El 26 de Septiembre de 1944, el prisionero judío Dr. Paul Citron (no. 159.985) recibió 30 golpes con una barra por intentar lanzar pan a una prisionera por encima de la cerca que separa el Sector BIIa y el BIIb, en el campo de Auschwitz II-Birkenau. Quedó tan severamente golpeado que tuvo que ser llevado a la enfermería del campo.

jueves, 15 de septiembre de 2011

11 Septiembre

El 11 de Septiembre de 1942, el SS Oberscharführer Josef Klehr, un médico de las SS (Sanitätsdienstgrad - SDG), asesinó al judío holandés Heiman Kohen (Número 52425), con un atizador en el corredor del Bloque 20, del Campo de Auschwitz I. Ordenó trasladar el cuerpo a la morgue del sótano del Bloque 28 y emitieron un Certificado de defunción de Kohen, indicando muerte por causas naturales.

martes, 18 de enero de 2011

Tras la liberación.

Se acerca el 66 aniversario de la liberación por parte de las tropas soviéticas del campo de Auschwitz. En la imágen podemos observar un barracón incendiado del campo de Birkenau.

lunes, 10 de enero de 2011

El álbum fotográfico de la tragedia.

Auschwitz. El álbum fotográfico de la tragedia. Este libro pasa desde hoy a formar parte de mi biblioteca de historia. En el podemos encontrar más de 200 imágenes que tomaron los agentes de la SS desde que estuvieron en Auschwitz, en el año 1944.

Los responsables de la edición de este libro Casa Sefarad Israel y Yad Vashem han pretendido conservar la historia y la creatividad del pueblo judío. También hacen un resumen histórico sobre el campo de concentración de Auschwitz y sus campos adyacentes.

Un valioso ejemplar.

jueves, 19 de agosto de 2010

El ángel de Auschwitz, Irma Grese


Irma Grese (Wrechen, 7 de octubre de 1923 — Hamelín, 13 de diciembre de 1945) fue una cruel supervisora de prisioneros en diversos campos de concentración durante el 3er Reich.

Le gustaba la enfermería por lo que después de dos años de trabajo en un sanatorio de la SS, intentó graduarse sin éxito.

Irma era fiel seguidora de los discursos del fuhrer, por lo que, oponiendose a su padre, se unió a la Liga de la Juventud Femenina Alemana (Bund Deutscher Mädel). A los 18 años comenzó como guardia femenina en Auschwitz, siendo promocionada a los 19 a supervisora haciéndose cargo de 30.000 prisioneras judías, mayormente polacas y húngaras. Las reclusas la temían, ya que elegía diariamente a las que serían torturadas o directamente ejecutadas, hecho que la excitaba en gran medida. Normalmente utilizaba el látigo trenzado y la pistola. Con el látigo solía destrozar los pechos de las mujeres seleccionadas y con la pistola les disparaba a sangre fría. A esto se le une el uso de perros hambrientos, abusos sexuales y torturas a niños. Por esto, en los campos de concentración de Aushwitz-Birkenau, Bergen-Belsen y Ravensbruck recibía el irónico apodo de "El ángel de Auschwitz", "Ángel rubio de Belsen" o "La perra de Belsen".

El 15 de Abril de 1945 es capturada con 22 años por los británicos y condenada a la horca, siendo ejecutada el 13 de Diciembre del mismo año. Durante su juicio declaró reiteradamente su inocencia con declaraciones como "Yo soy incapaz de hacer planes. Nunca hice ningún plan para matar prisioneros" o "Yo debería saber mejor que usted si tenía o no tenía un perro. ¿No le parece?"

Durante el juicio se pudieron oír testimonios como estos:

La prisionera rusa Luba Triszinska declaró que “Cuando las mujeres caían, rendidas por el trabajo, Grese solía lanzarles los perros. Muchas no sobrevivían a estos ataques”
Gisella Pearl, médico de los prisioneros observó que “Grese gustaba de azotar con su fusta en los senos a jóvenes bien dotadas, con el objeto de que las heridas se infectaran. Cuando esto ocurría, yo tenía que ordenar la amputación del pecho, que se realizaba sin anestesia. Entonces ella se excitaba sexualmente con el sufrimiento de la mujer”
Isabella Leittner y Olga Lengyel informaron de que “Irma Grese tenía aventuras bisexuales y que en los últimos tiempos había mantenido romances homosexuales con algunas internadas.
Helene Klein explicó que “Grese “hacía deporte” con los internos, obligándolos a hecer flexiones durante horas. Si alguien paraba, Grese le golpeaba con una fusta de equitación que siempre llevaba consigo”
Gitla Dunkleman y Dora Szafran testimoniaron “haber visto a Grese pegando a los internos”
Klara Lebowitz declaró que “Grese obligaba a los internos a permanecer en formación, durante horas, sosteniendo grandes piedras sobre sus cabezas”
Gertrude Diament e Ilona Stein sostuvieron que “Grese era también responsable de la selección para las cámaras de gas en Auschwitz”
Helene Kopper contó que, durante su estancia en el comando de castigo, “Grese había sido responsable de, al menos, 30 muertes diarias”

sábado, 30 de enero de 2010

Aniversario de la liberación de Auschwitz.



En Auschwitz, en Polonia, ha tenido lugar una ceremonia para recordar que hace 65 años las tropas del Ejército Rojo de la desaparecida Unión Soviética liberaron a los prisioneros de ese campo de exterminio nazi.

En el acto estuvieron presentes algunos supervivientes, varios veteranos soviéticos y altos dignatarios, como la Canciller alemana Angela Merkel, el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el Presidente de Polonia, Lech Kaczynski. En su discurso, Netanyahu llamó a mantenerse alerta ante la posibilidad de un nuevo Holocausto Judío. El primer ministro dijo que "ahora el peligro se cierne sobre Israel", sin especificar de dónde viene la amenaza. En medio del intenso frío que reinaba en Auschwitz, los asistentes a la ceremonia pronunciaron varios discursos y encendieron velas en honor a las víctimas del nazismo.



En el preciso momento en que comenzaba el acto en Auschwitz, en el antiguo campo de concentración de Westerbork, en Holanda, se leyó el último nombre de los 102 mil judíos holandeses asesinados en centros de exterminio de la Alemania nazi. Leer el nombre de todas la víctimas holandesas invirtió 112 horas ininterrumpidas de lectura, que fue hecha por 700 voluntarios.

jueves, 14 de enero de 2010

Fallece Miep Gies, la mujer que escondió a la familia de Ana Frank de los nazis y guardó el diario

Fue el ángel de Ana Frank y de su legado. No solo ocultó en Amsterdam a la niña judía y a su familia de las fuerzas nazis sino también salvó el diario donde la pequeña relataba sus íntimas sensaciones y vivencias que, con los años, se convertiría en un clásico literario. Miep Gies (Viena, 1909) fallecía el lunes por la noche –tal y como daba cuenta un comunicado en su web– a los 100 años.Un pequeño habitáculo en la parte trasera de la empresa de los Gies, ubicada en el número 263 de Prinsengracht, en uno de los canales de Amsterdam, sirvió de refugio a los Frank entre julio de 1942 y agosto de 1944. Dos años en los que Geis y su marido, ayudados por una red de colaboradores, se encargaron de suministrar víveres y atenciones, además de un escondite, a la familia judía. Hasta que los alemanes descubrieron el refugio y el consiguiente envío de todos ellos al centro de concentración polaco de Auschwitz. Ana no logró salir con vida pero su diario se hizo célebre después de que Miep Guies lo entregara a su padre Otto, que tras sobrevivir al campo de exterminio logró que se publicara en 1947. Acabó siendo traducido a más de 70 lenguas y convertido en uno de los grandes superventas de la historia.Actitud humilde«No hay nada en mí especial», había escrito Gies en un libro publicado en 1987, donde añadía: «Nunca quise especial atención. Solo hice lo que se esperaba de mí y lo que me pareció necesario en aquel momento».Nacida en Austria en el seno de una familia cristiana, fue bautizada con el nombre de Hermine Santruschitz. La escasez de comida abocó a sus padres biológicos a enviarla a Leiden, donde fue acogida por una familia que le puso el sobrenombre de Miep, por el que se le ha conocido toda su vida. De ahí, a Amsterdam.Entre los escombros Miep Gies empezó a trabajar como secretaria en una empresa textil pero perdió el empleo en 1933 a causa de la grave crisis económica. Fue en ese momento cuando se estableció el vínculo con la familia Frank, cuando el padre de Ana le dio trabajo en su fábrica. Ella también vivió las penalidades de la guerra y pudo salvarse de la deportación gracias a su matrimonio con un novio holandés, Jan, con el que tuvo un hijo, Paul, que ayer abrió un registro de condolencias en su web. El marido de Meip falleció en 1993 a los 87 años.Encontró el diario entre los escombros del habitáculo donde se escondía la familia, hecho añicos tras el asalto de las tropas alemanas. Su comportamiento, pese a la impronta de normalidad que siempre quiso imprimirle la propia Geis, ha sido reconocido por Gobiernos e instituciones.

sábado, 2 de enero de 2010

Los ladrones de Auschwitz no se llevaron la última letra del letrero.

Los cinco detenidos por el robo de la inscripción "Arbeit macht frei" del antiguo campo de concentración nazi de Auschwitz no se llevaron la última letra, según reveló hoy la policía, que hasta ahora había ocultado tal información para no entorpecer la investigación.
El responsable de las indagaciones, Dariusz Nowak, explicó que la letra "i" se quedó en la entrada principal del recinto, donde se encontraba el letrero sustraído.
Este dato se ocultó a la opinión pública para facilitar el trabajo policial y comprobar la veracidad de las múltiples llamadas ciudadanas (se recibieron más de 100) que ofrecían pistas sobre el robo, indicó el agente.
Nowak, que ofreció una rueda de prensa en el campo de concentración tras llevar a cabo la reconstrucción de los hechos, no quiso descartar ni confirmar las informaciones que hablan de Suecia como el destino del letrero de Auschwitz robado.
Según informaba la cadena de televisión TVN24, un ciudadano extranjero contactó con uno de los detenidos, dueño de una pequeña empresa de construcción, quien a su vez reclutó a los otros cuatro para dar el golpe, algo que ahora podría costarles pasar hasta diez años en prisión.
Lo que sí está confirmado es que los ladrones no pertenecen a ninguna organización neonazi, sino que son delincuentes comunes que pretendía vender la reliquia del Holocausto y obtener 150.000 euros, 30.000 euros por cabeza.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Recuperado el "Arbeit Macht Frei"

La policía recuperó el famoso letrero "Arbeit Macht Frei" (El trabajo los hará libres), el cual había sido robado de la entrada del campo de concentración nazi de Auschwitz, dijeron las autoridades.

La portavoz policial Katarzyna Padlo le dijo a la AP que el cartel fue encontrado en el norte de Polonia. Indicó además que cinco hombres de entre 25 y 39 años fueron arrestados y estaban siendo llevados a Cracovia para ser interrogados.



Otro portavoz, Dariusz Nowak, dijo que el cartel fue cortado en tres pedazos, cada uno con una de las palabras. La policía se negó revelar detalles de las circunstancias en las que fue hallado el letrero ni a conjeturar sobre los móviles de los que lo quitaron.
Los agentes de Cracovia están a cargo de la investigación porque es el comando regional del área que incluye el museo de Auschwitz.
El cartel de cinco metros (16 pies) de largo y 40 kilogramos (90 libras) de peso, que estaba a la entrada del campo de concentración en el sur de Polonia, fue robado el viernes. Más de un millón de personas, la mayoría judíos, murieron allí durante la Segunda Guerra Mundial.
Las autoridades declararon que encontrar el cartel era una prioridad y exhortaron al público a que asistiese en la investigación.
El domingo, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu había instado al gobierno polaco a recuperar el cartel y encontrar a aquellos que "profanaron" el lugar.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Robada una huella del horror nazi




Más de 60 años después de que Polonia convirtiese Auschwitz en un museo del Holocausto, un millón de turistas al año han caminado bajo aquel letrero. Cientos de internautas han descrito el escalofrío que sintieron al pasar por allí. El propio papa Benedicto XVI, en mayo de 2006, quiso caminar en soledad bajo la ominosa leyenda. Pero ayer, la placa fue robada.
Ocurrió entre las tres y las cinco de la tarde. El Gobierno polaco ha enviado a 60 agentes al campo y perros policías para que rastreen en la nieve. Las grabaciones de las cámaras de seguridad están siendo inspeccionadas. Mientras tanto, la dirección del museo ha colocado una réplica del letrero original que ya se usó durante obras de restauración.

La sustracción del letrero "El trabajo os hará libres" de la entrada al campo de exterminio de Auschwitz, en Polonia, desata la indignación en Israel.

No hay asunto más delicado y dotado de más peso en la memoria de los israelíes. El robo del arco metálico no podía dejar de provocar ayer una cadena de reacciones, alguna indignada, en el Estado hebreo. "La señal tiene un profundo significado histórico para la nación judía y para el mundo entero. Sirve como un memorial para más de un millón de judíos que fueron exterminados en Auschwitz", declaró desde Dinamarca el presidente Simón Peres. "Israel", aseguró Yossi Levy, alto funcionario del Ministerio de Exteriores, "está atónito y enfurecido por el robo en Auschwitz". Y añadió: "tenemos plena fe en que las autoridades polacas capturarán a los inhumanos ladrones". El ministro de la Diáspora, Yuli Edlestein, arremetió contra la policía polaca: "Es uno de sus fracasos más grandes".
El Holocausto y su símbolo por excelencia, el campo de extermino de Auschwitz, están presentes en la conciencia colectiva y también en la vida cotidiana de los israelíes. Para miles de jóvenes, todavía menores de edad, el viaje a Polonia es su primera salida al extranjero. Es un asunto al que el Ejecutivo, que organiza cada año la llamada Marcha de la Vida, otorga gran relevancia.

viernes, 28 de agosto de 2009

Encontrados en Auschwitz cientos de objetos personales.

Una gran cantidad de objetos personales pertenecientes a prisioneros del campo de concentración fueron encontrados durante los trabajos de mantenimiento de uno de los antiguos crematorios, así lo ha informado la dirección del museo. Entre estos objetos hay joyas, recuerdos familiares, juguetes o cosméticos. Se ha comprobado que gran parte de los objetos hallados pertenecían a judíos húngaros, ya que muchos de estos tienen inscripciones escritas en ese idioma. Se calcula que más de 400.000 judíos fueron enviados desde Hungría a Auschwitz, donde casi todos perdieron la vida. Los objetos encontrados se exhibirán pronto en las vitrinas de del museo.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Objetos.

Fragmentos de las gafas de Bluma Walach de Lodz, asesinada en Auschwitz.
Durante la selección Bluma entregó las gafas a su hija Tola quien las guardó en el bolsillo de su vestido. Bluma fue enviada a la cámara de gas. Su hija consiguió conservar las gafas hasta la liberación atadas a su cuerpo como último recuerdo de su madre.

Colección de objetos de Yad Vashem. Obsequio de Tola (Walach) Melzer, Haifa, Israel






Maleta portada por Hanna Fanta cuando fue deportada a Auschwitz.

Hanna nació en 1905 en Lony, Checoeslovaquia. Fue expulsada a Theresienstadt con sus padres, Ida y Bedzsich Fanta, el 22 de febrero de 1942. El 15 de mayo de 1944 fue transportada a Auschwitz y asesinada.

Colección de artefactos de Yad Vashem. A préstamo del Państwowe Muzeum Auschwitz-Birkenau, Oświęcim, Polonia

jueves, 20 de agosto de 2009

El Juicio a Dios.



¿Cómo pudo suceder?. ¿No escucha Dios nuestra agonía?. ¿Por qué no hace nada al respecto?. Estas son preguntas hechas en un momento de gran sufrimiento, preguntas que los creyentes han hecho a través de los tiempos desde el comienzo de la historia, preguntas que no tienen respuestas. Estas preguntas fueron realizadas también en una barraca del campo de concentración de Auschwitz, donde un grupo de presos comunes encarcelados y condenados a muerte sin cometer ningún crimen hacen lo único que pueden pensar, expresar la agonía de su situación. Enjuician a Dios. Son Judíos, el pueblo elegido, aquellos que hicieron un pacto con Dios, y a cambio Dios prometió protegerlos. ¿Cómo pueden ellos aceptar esta promesa rota?. ¿Tiene Dios el derecho a abandonarlos y salirse con la suya?. Incluso los ateos entre ellos creen que los seres humanos tienen el derecho moral de conocer la razón de la maldad en el mundo. Sus preguntas se multiplican, pero el silencio persiste. Juicio a Dios.
Imagen de la película God on Trial dirigida por Andy DeEmmony. Año 2008.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Auschwitz, a través de las fotos hechas por los propios jerarcas nazis.


Los jefes del campo de concentración, tomando un refrigerio en una de las fotos del álbum (Museo del Holocasuto )

El museo del Holocausto de EEUU expone un álbum con fotos de la vida cotidiana en el campo.
El documento perteneció a Karl Höcker, mano derecha del jefe del campo de concentración entre 1944 y 1945. En las fotos se ve a varios jefes nazis riendo y en actitudes cotidianas.
El ser humano puede dejarse llevar por el fanatismo hasta límites insospechados y llegar a reír, fumar o cantar mientras miles de personas mueren a escasos metros de distancia. Eso es al menos lo que se desprende del álbum de fotos que ha presentado el Museo del Holocausto de EE UU en Washington.

Las fotos fueron propiedad de Karl Höcker (en la foto), mano derecha de Richard Baer, el jefe del campo de Auschwitz entre mayo de 1944 y la liberación del campo en 1945, momentos en los que la llamada 'solución final' aumentó la actividad de las cámaras de gas hasta su máximo.

Crímenes impunes.

Höcker estuvo en el campo de concentración hasta el final y fue capturado en Hamburgo con una identificación falsa que le describía como soldado combatiente, por lo que los británicos, que no encontraron más datos sobre él, lo soltaron a los 18 meses.

Después rehizo su vida, se convirtió en empleado de banca con dos hijos y al que le gustaba arreglar su jardín. En 1963 fue juzgado y encarcelado en los procesos de Frankfurt por los crímenes de Auschwitz y fue liberado en 1970.

El álbum es una donación anónima de un antiguo agente del cuerpo de contrainteligencia estadounidense.
(Oficiales de las SS con sus auxiliares en un fiesta en las inmediaciones del campo Museo del Holocausto)

domingo, 26 de julio de 2009

"El pelo de Auschwitz"

Schaeffler es una compañía alemana fabricante de componentes para coches y en estos momentos se encuentra pendiente de una ayuda del Gobierno germano para intentar salir de su mala situación económica debido a la crisis. Hasta ahí todo normal. Sin embargo, la empresa está en el punto de mira en el país después de que se diera a conocer que durante la Segunda Guerra Mundial utilizó pelo de las víctimas del campo de concentración nazi de Auschwitz, en Polonia, para fabricar material textil empleado en los vehículos, informa Europa Press. Como todo el mundo se puede imaginar, la polémica no se ha hecho esperar en Alemania.

La información ha sido difundida por el canal de televisión Spiegel TV que ha realizado una investigación sobre una empresa que, por otra parte, ya se había vinculado al régimen nazi a emplear a trabajadores forzosos en la década de los 40 en su fábrica de Kietrz (en la actual Polonia). El dueño de la compañía en aquella época era Wilhelm Schaeffler.

Jacek Lachendro, subdirector del departamento de investigación del Museo de Auschwitz, asegura en la citada cadena que al término de la guerra se encontraron 1,95 toneladas de pelo procedente de las cabezas de las víctimas antes de que fueran gaseadas, en la fábrica de textiles. Este pelo forma parte del que actualmente se exhibe en el museo del antiguo campo de concentración. Además, Lachendro mostró una bala de ropa presuntamente fabricada con el pelo humano y que fue hallada en la fábrica al término de la guerra.

Pero también existen transcripciones del interrogatorio de antiguos trabajadores de la fábrica que denuncian ese procesado de pelo humano. Por ejemplo, afirman que en 1943 dos vagones de tren cargados de pelo llegaron a la fábrica de Kietrz y los posteriores análisis revelaron que se trataba de pelo humano con restos de Zyklon B, el veneno empleado en las cámaras de gas de Auschwitz.

Esta fábrica de Kietrz, a tres horas en coche de Auschwitz, se encuentra en estos momentos en ruinas después de que, tras la guerra, los hermanos Schaeffler optaran por trasladar su fábrica al sur de Alemania. De hecho, la historia oficial de la empresa no empieza hasta 1946.

Y esta es una carta del Brigadeführer y General-mayor de las Waffen-SS Glücks que lo confirma:

Oficina central de las SS para la Economía y la Administración.
Grupo de servicios D. Campos de concentración.

Oranienburg, 6 de agosto de 1942.

El jefe de la oficina central de las SS para la Economía y la Administración, el SS-Gruppenführer Polh, ha ordenado la recuperación de los cabellos humanos de todos los campos de concentración. Los cabellos humanos se transformarán en fieltro industrial, después de ser enrollados en carretes. Desenredados y cortados, los cabellos de mujer pueden usarse para la fabricación de zapatillas para los equipajes de los submarinos, y para la de medias de fieltro para la Reichsbahn.Se ordena, por tanto, conservar, previa desinfección, los cabellos cortados de las reclusas. Los cabellos de los reclusos solo pueden ser utilizados cuando su longitud supere los 20 mm.Por esa causa el SS-Gruppenführer Polh está de acuerdo con que, a título experimental, los cabellos de los reclusos no se corten hasta que hayan alcanzado, tras el corte, una longitud de 20 mm. Con la finalidad de evitar las posibilidades de evasión con un pelo mas largo, los detenidos deberán ser marcados, cuando el comandante lo estime necesario, mediante una huella en el cabello, señalada en su pelo mediante una máquina estrecha.Se tiene la intención de utilizar los cabellos reunidos en todos los campos de concentración en una empresa instalada en uno de los campos. Seguirán instrucciones más detalladas sobre el envío de los cabellos recogidos.La cantidad de cabello reunida mensualmente (yendo por separado los de hombre y los de mujer) se me deberá comunicar antes del 5 de septiembre de 1942.
Firmado: GlücksSS- Brigadeführer y General-mayor de las Waffen-SS.

sábado, 4 de julio de 2009

Hallado un mensaje de siete presos de Auschwitz.


Recientemente se ha hallado un mensaje de siete presos de Auschwitz. Este se encontraba en el interior de una botella oculta en un muro de un antiguo refugio antiaéreo del campo.
"La cuadrilla de obreros que renovaba una escuela en Oswiecim (al sur de Polonia) no podía creerlo cuando hace unos días, al derribar un tabique, descubría un mensaje encerrado en una botella procedente de siete jóvenes náufragos de 1944 condenados a muerte.
El colegio era el 20 de septiembre de 1944 un búnker antiaéreo en construcción destinado a los guardias paramilitares de la Schutzstaffeln (SS) e incluido en el gigantesco complejo del campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau. Ese mismo día un grupo de presos que vivían aún por haberse declarado albañiles de profesión, levantaba el citado muro.
En algún momento de despiste de los guardias nazis, un preso introdujo en un hueco del tabique una botella que contenía un breve mensaje escrito a lápiz: la fecha, el lugar y el nombre de siete reos junto al número que llevaba cada uno marcado al rojo en su brazo. Como curiosidad, en la nota ahora aparecida, los seis polacos y un francés reclaman la autoría de la construcción del refugio usado también como almacén de las SS. El papel, según el Museo de Auschwitz, «lo habrían arrancado de un saco de cemento».
«Eran jóvenes e intentaban dejar tras ellos alguna pista de su existencia», ha declarado en rueda de prensa el portavoz del Museo de Auschwitz, Jaroslaw Mensfelt. Según éste, es la primera vez que se produce un caso como el de la escuela.
«Campo de concentración de Auschwitz, 20-09-1944, búnker antiaéreo.Estos presos lo han construido: nº. 121.313 Jankowiak Bronislaw de Posen, 130.208 Dubla Stanislaw de Laskowice, 131.491 Jasik Jan de Radom, 145.664 Sobczak Waclaw de Konin, 151.090 Czekalski Karol de Lodz, 157.582 Bialobrzeski Waldemar de Ostroleka, y nº 12.063 Veissid Albert de Lyon (Francia). Todos de edades entre 18 y 20 años», reza escuetamente el manuscrito.
Según un comunicado del Museo, tras la liberación del campo por el Ejército soviético el 27 de enero de 1945, al menos dos de los firmantes seguían vivos. Ayer la agencia Afp localizaba a uno de ellos en Marsella, el francés Albert Veissid, de 84 años.Lamentablemente, el hombre de confesión judía asegura «no poder recordar» el episodio de la botella.
En cambio Veissid sí recuerda haber «confraternizado», durante su trabajo de albañil en el refugio de las SS, con un grupo de presos cristianos polacos «que se encargaba del avituallamiento del campo». «A veces, les escondía sacos de mermelada que robaban y me daban más sopa. Quizás uno de ellos escribió mi nombre y mi número».
«No me acuerdo de la botella», insiste, «pero sin duda es mi número, el 12.063. No puedo olvidarlo, porque lo llevo en el brazo».
El anciano, nacido en 1924 en Constantinopla (hoy Estambul), llegó a Lyon con apenas ocho meses. El vendedor de piezas de confección y músico Albert Veissid fue detenido en julio de 1943.En febrero de 1944 fue enviado al campo de Drancy, cerca de París, y tres meses después, el 30 de mayo, transferido a Auschwitz.
Ayer no podía dejar de mostrar su sorpresa ante la noticia. «¡Es increíble! Me acuerdo de todo en el campo, de la A a la Z, y mientras hablo las imágenes pasan ante mis ojos. Pero lo de la botella es un enigma, la sorpresa más grande de mi vida». «No me gusta recordar ese periodo», aclara el anciano. «Pero como esta historia me intriga, participo en el juego», estima.
Según ha confirmado el Museo, la botella y el mensaje de los siete jóvenes presos se mostrarán en sus instalaciones como parte del legado del antiguo campo, uno de los más letales del Tercer Reich, según coinciden los expertos."

jueves, 14 de mayo de 2009

Frases.

Lo que ha sucedido es un aviso. Olvidarlo es un delito. Fue posible que todo eso sucediera y sigue siendo posible que en cualquier momento vuelva a suceder.

Karl Theodor Jaspers (23 de Febrero de 1883 – 26 de Febrero de 1969). Psiquiatra y filósofo alemán.

jueves, 12 de marzo de 2009

Relato

“… Los dos gemelos han muerto en el mismo momento. Ahora yacen aquí sobre mi mesa para la disección de los cadáveres. Gracias a su muerte será ahora posible analizarles a través de una autopsia y descubrir el secreto base de la multiplicación humana.
El “gran objetivo” de estas investigaciones es, de hecho, la multiplicación del crecimiento de la “raza superior”. Se trata exactamente, de poner en condiciones a una madre alemana para crear en un futuro siempre gemelos…”


Doctor Miklós Nyiszli. Internado del campo de concentración de Auschwitz y asistente médico del SS Dr. Joseph Mengele en el crematorio número 2 (1 de Birkenau).

lunes, 2 de marzo de 2009

Relato.

“Al mediodía otra vez fue matado un prisionero a tiros de una carabina. Fue así. El prisionero estaba agotado y tenía una diarrea. Se dirigió a un vigilante SS pidiéndole permiso de irse un rato para hacer su necesidad. El SS le dio permiso pero cuando el prisionero volvió el SS le quitó el gorro y lo tiró lejos, fuera del límite de vigilancia. Al prisionero le dio la orden de traer el gorro y presentarse a él. Cuando aquél iba a buscar su gorro el SS levantó la carabina y mató al pobre por detrás. Mis compañeros me dijeron que a los SS les daban dos días de permiso por haber matado a un prisionero en fuga –como se llamaba eso. ¿Qué valor tenía la vida de un prisionero? Para un SS no tenía ninguno. Sólo le importaba el permiso”…


Tadeusz Sobolewicz.
Prisionero KL Auschwitz.

miércoles, 25 de febrero de 2009

El gran día. Parte 1

Tras varios meses de estudiada planificación por fin llegó el día de la tan ansiada visita. Acompañado por mis amigos Jesús y Miguel emprendemos el viaje hasta la ciudad Polaca de Cracovia. Nuestra intención aparte de la visita de la ciudad (preciosa por cierto) es visitar los campos de concentración de Auschwitz y Birkenau. Hay que leer un poco pero pensar en que el campo es impresionante y las sensaciones allí experimentadas son difíciles de explicar. He intentado detallarlas lo mejor posible para que sean comprendidas correctamente. También he dividido el relato en dos partes (una por cada campo). En las siguientes líneas os encontrareis la primera parte del relato de la visita al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau realizada el pasado día 8 de Febrero del 2009. Nos despertamos temprano. Hoy es el gran día. Almorzamos fuerte y nos dirigimos a la estación de autobuses de Cracovia situada junto a la estación de ferrocarril. El autobús se encuentra en el andén G2 y en él observamos un pequeño rótulo con la indicación Auschwitz-Museum. La duración del viaje es de 1,20h aproximadamente y el precio del billete 20 Zloty ida y vuelta. Lo primero que nos llama la atención cuando bajamos del autobús es el emplazamiento del campo. Se encuentra situado junto a un gran polígono industrial atravesado por un conglomerado de vías de ferrocarril que nos hace pensar en si estas mismas vías no fueron las encargadas de transportar los primeros contingentes de deportados y presos políticos “habitantes” del campo. Hace frío y continúa lloviendo, pero este hecho no nos incomoda en absoluto. En el ambiente se aprecia una sensación extraña. Nos dirigimos con paso firme hacia la entrada del museo, mentalizándonos poco a poco de lo que íbamos a encontrarnos allí dentro. El edificio donde actualmente se encuentra la recepción fue concebido inicialmente para recibir a los convoyes de prisioneros, identificarlos, separarles de sus familias, despojarles de todas sus pertenencias e incluso robarles su propia identidad, que a partir de ahora pasaría a ser un simple número inscrito sobre un trozo de tela cosido por ellos mismos a su pecho y posteriormente tatuado en su antebrazo. Ya en el interior, a mano derecha, nos encontramos las dependencias comerciales y la escalera que conduce a los aseos (1 Zloty de donativo). Nos acercamos al mostrador para solicitar el guía que teníamos contratado desde España para la visita al campo y nos quedamos sorprendidos por la extraordinaria organización que disponen. Margoratza, nuestra guía, se encuentra junto al mostrador esperando nuestra llegada. Es ella misma la que nos informa de que en la sala de cine se proyectará en 5 minutos la composición del video que rodaron las tropas soviéticas durante la liberación del campo en 1945. La duración del video es de unos 45 minutos y en el se muestran las imágenes más crueles e impactantes que he visto de los presos del campo. Mujeres, hombres y niños de todas las edades convertidos en auténticos espectros vivientes que son guiados por los soldados a través de innumerables cuerpos sin vida diseminados por todo el terreno. Máquinas excavadoras transportando cientos de cadáveres hasta enormes fosas comunes. Barracones rebosando de ropa y objetos personales confiscados a sus propietarios minutos antes de su partida hacia las cámaras de gas en un camino de no retorno. Un gran grupo de niños que atraviesa el estrecho corredor de espino caminando hacia su libertad, libertad que en la mayoría de los casos debieron de disfrutar comenzando una nueva vida sin hogar, sin familia y sin recuerdos. Una imagen que creo que nos dejó a todos marcados es la de dos soldados soviéticos sosteniendo en sus manos un vestidito de niña de no más de 12 meses de edad. Se encienden las luces dándonos un respiro y salimos de la sala al encuentro de Margoratza. Comienza la visita dirigiéndonos a la entrada del campo que se encuentra flanqueada por la verja en la que se puede leer el mensaje “Arbeit Match Frei” “El trabajo libera”. Junto a esta puerta, a la derecha se situaba diariamente la banda de música que tanto a la entrada como a la salida de los prisioneros que formaban los grupos de trabajo tocaban marchas militares. Los presos debían de caminar perfectamente organizados de tal forma que los guardias de la SS pudiesen realizar el recuento de las personas que entraban o salían. Este número debía de coincidir siempre, por lo que los presos que a diario fallecían en su puesto de trabajo o por el trayecto debían de ser transportados por sus compañeros de nuevo hasta la plaza en la que se realizaba el recuento final. Este recuento en numerosas ocasiones podía durar horas, durante las cuales y muy a menudo los trabajadores debían de permanecer en posturas forzadas bajo cualquier tipo de condición meteorológica. Nos adentramos más entre los edificios bajo una fina lluvia. Comenzamos la visita de los barracones abiertos al público en cuyas dependencias se ubican exposiciones organizadas por diversos países sobre la vida de los prisioneros en el campo, sus nacionalidades, los lugares de origen, el transporte, los castigos, su salud y sus pertenencias. En el primer bloque visitado nos explican detalladamente como era el viaje de varios días de los deportados desde sus lugares de origen, las condiciones del transporte en vagones de ganado sin comida, agua, falta de ventilación y únicamente con un cubo en el que los más de 100 pasajeros debían de hacer sus necesidades. Estas condiciones hacían que muchos de ellos falleciesen antes de llegar a la “rampa” de Birkenau donde se realizaban la tristemente conocida selección inicial. Al principio del funcionamiento del campo y durante varios años se registraban todos y cada uno de los recién llegados como queda registrado en la gran cantidad de libros pertenecientes a los archivos de la SS que pudieron recuperarse. Tras el registro se procedía a realizar una escasa revisión médica, su asignación al barracón y al grupo de trabajo que pasarían a ser su nuevo hogar y su familia. En este barracón y en el interior de una gran urna de cristal se hallan las cenizas que fueron halladas en el interior de los hornos crematorios y que escaparon de la destrucción de las tropas alemanas. Hay que destacar que la gran mayoría de los edificios de Auschwitz y Birkenau han sido o están siendo restaurados por el gobierno Polaco y cuya financiación proviene de los donativos que los visitantes hacen en las numerosas urnas del museo y del gobierno Alemán que es el que aporta la gran parte del presupuesto asignado a este fin. Aún así, muchos de los edificios se encuentran cerrados al público por peligro de derrumbe. Abandonamos este edificio y nos dirigimos al más visitado de todos. Se trata del bloque donde se encuentran las pertenencias de los presos del campo. Lo que allí nos encontramos en el primer piso es una gran cantidad de mesas expositoras en cuyo interior vemos diversos objetos personales, documentación de la SS relativa a los presos, instrumental médico, piezas de ropa y numerosos juguetes. Subimos al piso superior y allí nos encontramos unas enormes urnas de cristal en diversas salas que contienen cuarenta mil pares de zapatos, dos mil quilos de cabello de mujer utilizado para tejer tela para la confección de los cuellos de las camisas de los soldados, cientos de miles de cepillos y peines, maletas identificadas con el nombre de sus propietarios, su nacionalidad y su edad, utensilios de cocina, y un gran número de prótesis de todo tipo como extremidades, fajas, etcétera. El olor en la sala donde se encuentra el cabello es fuerte y no es muy agradable permanecer allí durante mucho tiempo. En los zapatos, todo y que se encuentran bajo un grado de temperatura y humedad constante, se observa un gran deterioro provocado por el paso del tiempo que corre en su contra. Salimos nuevamente al exterior y baja una intensa lluvia nos dirigimos al patio entre los bloques número 10 y 11 en el cual se encuentra el muro donde se producían los fusilamientos masivos al principio del funcionamiento del campo. Las ventanas del patio interior se encuentran tapadas en su totalidad por unos grandes tablones. Margoratza nos explica que su función era la de evitar que los presos que se encontraban en el interior del edificio pudiesen observar lo que estaba sucediendo en el exterior y así accediesen sin protestar a las peticiones de los guardias de la SS de desnudarse y salir al exterior. Abandonamos el patio y nos dirigimos al bloque número 11 más conocido como el bloque de la muerte. Allí en sus celdas fue donde se utilizó el gas Zyklon B por primera vez en Auschwitz. Bajamos por las escaleras que nos conducen al sótano y allí nos encontramos un largo corredor con puertas a sus lados que dan acceso a las salas de las celdas de castigo. Hay una gran cantidad de ellas, pero las más destacadas son las números 18, 20, 21 y 22. La celda número 18 era conocida como la celda del hambre. En su interior se encerraba al preso y se le privaba de toda clase de alimentos durante el tiempo que durase el castigo, que en la mayoría de los casos era una condena a muerte. La celda número 20 era considerada como la celda oscura. Una sala de unos 3 metros cuadrados sumida en la más profunda penumbra. En las paredes de la celda número 21 y protegidas por unos vidrios se observan unas imágenes de Cristo grabadas en la piedra por uno de los últimos inquilinos. La celda 22 es quizás la más impactante. En su interior se encuentran otras cinco celdas más de 90X90 cm de ladrillo cerradas hasta el techo, con un pequeño conducto de ventilación del tamaño de una cajetilla de tabaco, totalmente a oscuras y con una puerta de acceso de menos de cincuenta centímetros de alta a nivel del suelo. Acogía en su interior permanentemente a cuatro presos que debían de permanecer en pie durante más de 24 horas y sin posibilidad de salir al exterior para hacer sus necesidades. Abandonamos el edificio y llegamos a la plaza en la que se realizaba el recuento a diario de los trabajadores que entraban y salían del campo. Lo mas llamativo del lugar es la garita en la que permanecía el oficial de la SS encargado del recuento y la gran horca donde se ajusticiaba a los presos frente a sus compañeros que debían de permanecer impasibles durante la ejecución. Atravesamos el campo y nos dirigimos hacia el crematorio número 1. Cruzamos el estrecho corredor de alambre y espino que en su día se encontraba electrificado y llegamos a un espacio en el que observamos a mano derecha, no muy lejos y tras una valla metálica la casa que durante el funcionamiento del campo acogió al comandante Rudolf Höss y a su familia. Al parecer a esta persona no le importaba que su mujer y sus hijos viviesen a escasos quinientos metros de la puerta del crematorio número 1. Justo enfrente se halla el patíbulo donde fue ahorcado el comandante tras la resolución del juicio contra él por crímenes de guerra el 7 de Abril de 1947. Giramos a la izquierda y llegamos al lugar más macabro de todo el recorrido. La puerta es hoy de madera reforzada por unas finas láminas de acero (en su origen eran metálicas), muy amplia, con una pequeña mirilla para observar el interior y de apertura hacia el exterior para que los cuerpos no bloqueasen el acceso. Conteniendo la emoción cruzamos el umbral. El interior está oscuro y hay un extraño olor, supongo que debido a la humedad, a los cientos de personas que pasan por allí a diario y por las numerosas velas encendidas que se encuentran sobre un pequeño altar en el centro de la sala. Son casi 200 metros cuadrados en un espacio sin columnas. En el techo se aprecian los orificios a través de los cuales los soldados introducían los cristales de Zyklon B en el interior de la sala. A la izquierda (hoy sin puertas) se accede a la zona de los hornos crematorios. Únicamente se han podido reconstruir completamente dos de ellos y parte de un tercero. Los miembros del Sonderkomando eran los encargados de transportar mediante unas camillas sobre raíles y plataformas giratorias los cuerpos desde la cámara de gas al interior de los hornos. Abandonamos el crematorio aún impresionados por lo que acabamos de ver. La visita al campo de Auschwitz I ha finalizado y ahora nos dirigimos hacia la salida del edificio de la recepción para coger el autobús que nos llevará a visitar el campo de Birkenau......

domingo, 22 de febrero de 2009

Para no olvidar

Entre los alambres de espino de Auschwitz-Birkenau murieron y fueron asesinadas cerca de 1.500.000 personas, de las cuales un alto porcentaje eran judías. Su lugar de procedencia era variado, venían de todos los países de Europa y hablaban una veintena de lenguas. Todas estas personas tenían nombre y apellidos, padre y madre, ilusiones y proyectos. Todas tenían una cara. Todas eran inocentes. Han pasado ya más de 60 años desde que el campo fuese liberado por las tropas del ejército rojo, un espacio de tiempo suficiente como para que, en breve, desaparezcan los pocos supervivientes que quedan de aquella barbarie. El tiempo corre imparable para ellos, y cuando ya no dispongamos de memoria viva de lo que ocurrió en Auschwitz, deberemos esforzarnos por transmitir a las generaciones que vengan lo que las anteriores nos transmitieron a nosotros. En nuestras manos está. Sólo de esta forma podremos estar seguros de que algo así no vuelva a repetirse. Nunca jamás ...

miércoles, 18 de febrero de 2009

Relato

Pasamos unos cinco días en el tren sentados sobre el poco equipaje que llevábamos. En el vagón de ganado en el que íbamos aproximadamente 120 personas apretadas como sardinas hacia mucho calor. Al fondo, en un rincón, se encontraba el cubo que utilizábamos para hacer nuestras necesidades. El olor era insoportable. Los guardias nunca abrían las puertas, no nos daban agua ni comida. Los niños gritaban que querían marcharse a sus casas. ¿Adónde nos llevan? preguntaban algunas voces. Nadie contestaba. Había una oscuridad total, rota únicamente por la poca luz que se filtraba por una de las pequeñas ventanas en la parte superior del vagón. Alguien observaba por una rendija de las maderas del lateral del vagón, de pronto dijo: "No creo que vayamos al lugar del que nos han hablado, estamos cruzando la frontera y nos dirigimos a Polonia". Entonces un escalofrío recorrió mi cuerpo. Me acordé de aquel hombre que contaba aquellas historias sobre lo que hacían con los niños en Polonia. Yo llevaba en mis brazos a mi hermanito de apenas dos años y medio. Lo apretaba sobre mi cuerpo repitiéndome a mi mismo "No lo dejaré nunca, jamás me lo quitarán”.

lunes, 16 de febrero de 2009

¿Qué es el holocausto?

El Holocausto, perpetrado por la Alemania nazi y sus colaboradores, fue la persecución y el asesinato sistemáticamente organizada por el estado de por lo menos seis millones de judíos, más otros grupos seleccionados. Asesinaron a dos tercios de la población judía mundial. Además, su política genocida acabó con la vida de millones de otras personas indefensas, gitanos, ciudadanos polacos, prisioneros de guerra soviéticos, homosexuales, disminuidos, testigos de Jehová y otros disidentes políticos y religiosos dentro de Alemania.
Se utilizan por lo menos cuatro términos para nombrar esta tragedia inmensa que sigue levantando preguntas sobre el porqué y cómo ocurrió.
Los nazis hablaban de "die Endlösung", la "Solución final" de su llamado "Asunto Judio". A principios de los años 40, judíos de Europa del este buscaron en la Sagrada Escritura y utilizaron la palabra yiddish churb´n que significa "destrucción", o el término hebreo sho´ah que quiere decir "catástrofe", para nombrar el desastre al que su pueblo se afrontaba.
Sho´ah se usa generalmente en Israel y el día oficial de memoria del Holocausto se llama Yom ha-Sho´ah. Sin embargo, "Holocausto", un término que adquirió importancia en los años 50, sigue siendo el término más común en el mundo de habla inglesa. Proviene de la Versión de los setenta, una traducción antigua griega de la Biblia hebrea que utiliza holokaystos para la palabra hebrea olah. Estos términos bíblicos se refieren a una ofrenda completamente consumida por el fuego. Si bien la destrucción perpertrada por la Alemania nazi tiene que ser nombrada para no caer en el olvido, las connotaciones religiosas del término "Holocausto" sugieren que ningún nombre puede hacer justicia.

sábado, 14 de febrero de 2009

Un poco de historia.

Con la llegada de los nazis al poder en el año 1933 ya se empezó a idear el plan de recluir a los que los miembros del partido nacionalsocialista denominaban “los asociales” que desentonaban con la raza aria ansiada por ellos. A finales de 1939 ya había más de 9 campos de concentración, número que aumentó durante la segunda guerra mundial hasta cerca de 30. Entre todos ellos los más conocidos, Dachau, Treblinka, Mauthausen y el más terrible, sin menospreciar al resto, el complejo de Auswitch-Birkenau.

En 1939 y tras la guerra relámpago del ejército alemán sobre territorio Polaco, en la zona de La Silesia, las cárceles comenzaban a estar abarrotadas de presos políticos. Es así como surge la idea de crear campos de concentración para recluir a tal cantidad de presos.

Es en Abril de 1940 cuando se decide establecer el campo en el lugar que antiguamente ocupaban unas antiguas caballerizas del ejército que además disponían de algunas instalaciones “aptas” para recluir al contingente de presos que llegarían a aquel lugar de forma inminente.

El lugar escogido para tal fin se encontraba próximo a la ciudad de Cracovia. Perfectamente comunicado por una gran red de ferrocarril, lo suficientemente alejado de la población civil y con una basta extensión de terreno pantanoso a su alrededor hacían de aquel el lugar perfecto para las operaciones que poco tiempo después allí iban a realizarse.

El 14 de Junio de 1940, 728 presos políticos polacos llegaban a las puertas de Auswitch. Fueron los primeros y por desgracia no los últimos. En un principio estos presos se dedicaron a mejorar las infraestructuras existentes para los que después vendrían. Tras la operación Barbarroja comenzaron a llegar al campo los primeros presos soviéticos.

Con el paso del tiempo, y poco a poco, los prisioneros judíos comenzaron a llenar las instalaciones y la situación de estos reos en el campo empeoraba día a día. El hacinamiento era total y por ello los responsables de la SS comenzaron a pensar en la llamada “Solución final al problema judío”. En un principio se contó con la idea de deportar a todo aquel seguidor del judaísmo a la isla de Madagascar, pero esta opción fue abandonada por lo inviable de la solución. Fue entonces cuando se decidió aumentar la capacidad del campo progresivamente. Primeramente el campo II con una superficie de 175 hectáreas y el campo III, este último más cercano a las minas de carbón que suministraban este mineral tan necesario para el transcurso de la guerra.

Los presos de Auswitch se aferraban a la vida todo y que las condiciones eran pésimas. Trabajos forzados, una alimentación escasísima (1/2 litro de sucedáneo de café, 1 litro de sopa aguada y un trozo de pan negro con margarina) hacían que la estancia media en el campo no fuese superior a los 6 meses. El momento de pasar lista se convertía en un calvario para los presos que debían de permanecer horas de rodillas, en cuclillas o con los brazos en alto hasta que se completaba el listado, y todo esto después de una larga jornada de trabajos forzados.



No menos crueles eran los experimentos médicos que del doctor Josef Mengele (apodado El ángel de la muerte), que en lugar de procurar los cuidados necesarios a los presos enfermos, empleaba su tiempo en realizar brutales experimentos con niños, gemelos, enfermos, discapacitados físicos y psíquicos, mujeres y hombres. Algunas de aquellas pruebas consistían por ejemplo en inocular un veneno letal a una persona sana para comprobar cuanto tiempo era capaz de sobrevivir con esta sustancia en su interior. La principal finalidad que buscaba Mengele en sus estudios era el conseguir que las mujeres alemanas diesen a luz a gemelos de pura raza aria para aumentar de forma rápida la población. Es por ello que cuando llegaba un comboy con niños gemelos inmediatamente se los arrebataba a sus padres y los llevaba a su laboratorio para proceder a su estudio, ¿dónde si no podría tener la oportunidad de realizar estas investigaciones con dos personas que comparten el ADN y fallecen en el mismo instante?


Paralelamente, la industria química alemana realizaba investigaciones con un nuevo agente pesticida para los campos de cultivo y la depuración del agua de la tropa. Fruto de estas investigaciones nació un nuevo compuesto cuyo principal componente era el cianuro y que fue llamado Zyklon B.

El 3 de septiembre de 1941 se dio la orden para utilizar por primera vez este gas letal en Auswitch. Los “elegidos” para este fin fueron 600 prisioneros soviéticos y 298 enfermos del campo. El resultado fue positivo para las expectativas de los oficiales al mando, aunque cabe destacar que no se utilizó la suficiente cantidad de gas Zyklon B y horas después aún continuaban con vida numerosos presos.

Las cámaras de gas de Auswitch tenían unos 210 metros cuadrados y eran capaces de albergar en su interior a cerca de 2000 personas. La cantidad de gas Zyklon B necesaria para acabar con la vida de todos ellos era de unos 6 Kg. aproximadamente. Los presos eran conducidos totalmente engañados por los guardias pensando en que iban a ser desparasitados y limpiados. Los guardias de la SS les hacían desnudarse, doblar la ropa y recordar el lugar exacto en el que la dejaban para posteriormente y tras salir de las “duchas” supieran dónde encontrarla. Entraban en aquella estancia y tras ellos se cerraban herméticamente las puertas. A continuación y cayendo desde el techo entraba el fatídico gas en lugar de la tan ansiada agua. La operación duraba escasos 25 minutos y dependía de la cantidad de personas y de si estas se encontraban cerca (la muerte les llegaba en segundos) o más alejado del origen del gas. De cualquier forma no había salida. Una vez comprobada la inexistencia de vida en el interior, la cámara era ventilada y en ella entraba un grupo de presos elegidos los “Sonderkomando”, encargados de cortar el pelo utilizado por la industria textil, retirar anillos, collares, dientes y muelas de oro que luego eran fundidos y convertidos en lingotes para más tarde ser enviados al cuartel general de la SS. Finalizada esta operación, los cuerpos eran trasladados a los hornos crematorios. Se calcula que cuando el campo estuvo trabajando a pleno rendimiento estos hornos eran capaces de incinerar alrededor de 10.000 personas al día.

Aproximadamente el 75% de los presos que llegaban a Auswitch en los trenes de la muerte no superaban la selección inicial y eran enviados directamente a las cámaras de gas. Hombres y niños, ancianos y enfermos capacitados o no para trabajar eran apartados de sus familias en la misma plataforma junto a los trenes que les acababan de conducir directamente a la muerte.

Auswitch “el campo de la muerte” fue abandonado por las tropas alemanazas el 18 de Enero de 1945 y liberado el 27 del mismo mes por las tropas del ejército ruso. Lo que estos allí se encontraron era indescriptible. Presos convertidos en auténticos esqueletos con vida de no más de 30 Kg. de peso con los ojos hundidos y la mirada perdida, pero contentos por ver el final de aquella pesadilla y haber conseguido sobrevivir. Muchos de ellos perecieron días después de la liberación a causa de las enfermedades que arrastraban pero todavía hoy en día algunos de ellos continúan con vida y con el valor suficiente de recordar lo allí ocurrido pese al intento de las tropas alemanas de borrar todo indicio de lo que allí sucedió. Las estimaciones de fallecidos aún hoy son confusas, pero nadie discute ya que fueron más de un millón y algunos incluso la elevan hasta los dos millones de personas en los hornos crematorios tras su paso por las cámaras de gas, en los ahorcamientos masivos, fusilados en el paredón de los bloques o por los disparos efectuados por soldados de la SS sin escrúpulos. Es nuestra obligación, no los olvidemos.